Marisol es un hermoso pueblito que se halla a unos 60 km de tres arroyos sobre la costa de Mar. Allí tienen su desembocadura el río Quequén Salado.
Cuando la pleamar llega la desembocadura del río se llena de lenguados y entran desde corvinas y pescadillas hasta chuchos de gran porte buscando comida.
El pescado estrella del lugar es el lenguado, que entra muy adentro del río en busca del pejerrey. Es un pescado cazador, se mantiene normalmente en el fondo esperando que pase su presa y con una agilidad y velocidad terrible ataca y la lleva al fondo para comerla.
Me ha ocurrido en varias ocaciones que el animal confunde la boya con una presa y la ataca despiadadamente hasta que siente la madera y la suelta, pero es muy gracioso verla atacando a flor de agua la boya en movimiento con una sacudida tremenda, más allá de que siempre tienen un gran porte.
La pesca este año no fue lo que esperábamos, no pudimos hacerla de noche y a gusto debido a que llovía y un viento cambiante no nos dejaba hacer spinnign, llevando las líneas y casi sin dejarnos tirar a más de 10 mts.
Se pescó algo de lenguado con señuelos de pejerrey articulado, lo que nos llamó mucho la atenció. Los equipos utilizados fueron todos de carbono y muy livianos y los reels de recuperación rápida genralmente rodaban en el 6.1/1 en recuperación, esto para los que no conocen es por cada vuelta de manija, el carretel da 6,1 vuelta (es una recuperación muy rápida para hacer spinnig, que es tirar el señuelo o la línea y recogerla rápido para que la carnada pase sobre el pescado y este al notarla la ataque).
De todas formas no se sacaron más de 10 lenguados de un porte mediano, ninguno superó los 2 kgrs.
En la embarcada, antes del gran diluvio, el pescado casi no se hizo presente,. Se registraron capturas de gatuzos medianos, pez palo de buen porte, muchos pejes en flote, y nada de corvinas y pescadillas.
Yo tuve la suerte de tomar un chucho de 10 kilos, que me tomó la carnada y al sentirla en la caña tiré si que aún se la tragara, por lo que se le clavó en la aleta, y me dió un trabajo enorme sacarla.
Cuando la vi en la superficie y le miré la cola casi corto la tanza para que se baya con anzuelo y todo porque le tengo terror a esas púas, pero el capitán no me dió tiempo y la chuzo y levantó antes de que dijera nada. Así que me traje dos aletones para hacer empanadas de chucho.
Mucho más no hay, realmente el tiempo un desastre. los muchachos tenían miedo de pasar hambre así que se llevaron 13 kilos de costillar y 5 fernets, que puedo decirles de esas tardes noches en donde llueve y el pescador no pesca.
Un abrazo para todos